viernes, septiembre 02, 2005

UNA LAGRIMA AZUL

Una lágrima azul, rodó desconsolada,
en la callada tarde desde tus ojos pardos,
los soles impiadosos mordían tras las nubes,
ardían las arenas y el agua conversaba.

Aquella tarde impar de adioses y de rosas,
en mágicas carteras, cangrejos ermitaños,
se guardaban oscuros, al acecho, olvidados.
A cada llanto tuyo lloraban las gaviotas,
y negros cormoranes saludaban tu paso.

Quedó para el olvido un beso y una boca,
cubierta de silencios con un sabor amargo.
Una lágrima azul, rodó desde tus ojos,
resbaló por tu rostro y tiñendo las algas,
se perdió confundida con los granos dorados.
Tus manos retorcían, silenciosas el tiempo,
y dulces letanías las olas entonaban,
y las algas azules bañadas de nostalgias,
con amor abrazaban maderas de naufragios.

Un adiós prematuro espantaba a las aves,
barcazas fantasmas volaban sobre el agua,
y cantos de sirenas, lejanos, te invitaban,
con voces de misterio y promesas cercanas.

Y entonces te entregaste a esos cantos profanos.
Y diste el primer paso... y luego diste otro,
las aguas envolvían codiciosas tu carne,
llevándola a su mundo silencioso y arcano,
e inmensamente solos, tus cabellos flotando,
como rojas medusas adornaron las aguas.

No hay comentarios.: