jueves, septiembre 01, 2005

CENOTAFIO



Estabas allí.
como una más de las imágenes.
Tus manos como piedras,
se confundían con los mármoles serenos.
Quieta y cercanamente muerta
como todo lo que nos rodeaba.
Ventanas para mirar de un solo lado.
Te llamé,
con una boca amarga,
sin sonidos pues olvidé tu nombre.
¿Qué vocales contenía?
Recuerdo que eran muchas ¿Pero cuales?
Tres veces te llamé,
tres veces te negaste,
o tal vez fue mi silencio.
Me asustó tu rostro,
pervertido, siniestro en su hermosura,
como una gárgola en un capitel gótico.
Descansando,
allí…entre bronces oxidados por el guano,
no era así que imaginé el adiós,
con ángeles y cruces.

La puerta se cerró,
y con ella
todo.

2 comentarios:

Santa Maria del Buen Ayre dijo...

Hola Omar! me gusto mucho tu sitio donde lei poemas tuyos que no conocia (como el último, por ejemplo, muy bueno). Seguro no te opones a que ponga tu direccion en nuestro sitio para que la muchachada lo visite. Bueno, un abrazo y felicitaciones!
alejandro castro.

ALBERTO OMAR GONZALEZ ALONSO dijo...

Alejandro:Gracias por tu comentario y por supuesto no
me opongo a que pongas mi dirección, al contrario te lo agradezco.
Un abrazo.