domingo, octubre 09, 2005

VÍSPERAS


Quisiera despertarla
pero me asusta pensar
que al romper la levedad del sueño
sea el espanto su retorno.
Prefiero verla
iluminada por el suave crepúsculo
en el sociego de su cuarto,
acunarla en abrazos intangibles,
tocar sus labios sin tocarlos.

Sentarme
y mirarla
soñando tal vez
con historias que se llevó el silencio,
abrigada por la voz
de algún pájaro perdido
y la dulce caricia de las ramas
en los vidrios azules de la tarde.

Y cuando lentamente
se tiñan de noche las paredes
me quedarán tan sólo los latidos
las manos vacías de su cuerpo
y un eterno deseo de llorarla.


omar alonso

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