
buscando la tristeza de la tarde.
La lluvia desafía al viento,
lentas gotas golpean mi cabeza
llanto de gaviotas o de almas,
¿Qué importa?
A veces pasa alguien,
acaso un pescador, no sé,
no tiene rostro, quizá sea yo
que estoy allí desde alguna otra mañana.
En el espigón golpea el agua
arroja peces muertos a la playa,
viejas algas, caracoles vacíos,
ropas, tal vez de algún ahogado.
Las olas amontonan en la arena restos del verano:
Latas, papeles, frascos vacíos, risas de niños.
Pero el verano ya no está,
todo se lo tragó el mes de marzo,
hasta tu imagen.
¿Por qué no estás?
A veces me pregunto:
¿Quién pagará las cuentas de todos estos años?
El agua lame mis pies.
Que sensación de nada, de nunca en la arena.
¿ Dónde están las alegres pisadas?
¿Quién se robó el verano?
Quizá nunca existió.
Algún día...
iré a buscarlo en el mundo mágico
del fondo de las aguas.
OMAR ALONSO
2 comentarios:
Acabo de pasear por esa playa casi desierta, que indica el final del verano, he sentido esa tristeza de las olas que junto a mí piensan lamiéndome los pies en la arena, he echado de menos el rostro y la sonrisa de esa persona que un verano me llevo en brazos por senderos de amor e ilusión.
Este poema me encanta. Es el que más me gusta de los poquitos que he tenido el placer de leerte. Con este buen olor a mar me voy hasta otra ocasión. Suerte la tuya que estás cerca de él, al menos eso deduzco.
Saludos, Omar.
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