martes, febrero 03, 2009
RELÁMPAGOS
De a ratos sordas luces
llenan el cuarto,
se reflejan en el espejo de la cómoda
que viajó desde España
con la mesa y mi abuela.
Potes de colores vagos
dejan su marca de polvo anciano en el mármol.
Fantasmas inofensivos me llevan al pasado.
Una pelusa suave de salitre
blanquea el piso
se me pega en las rodillas
mientras rezo unos rezos chiquititos.
La abuela a mis espaldas
no ve que, sin mover la cabeza,
sigo con los ojos el vuelo de una mosca.
Dulcemente con su voz seductora
la misma conque canta con gracia
me ayuda con el Padre Nuestro,
al fin la mosca se posa en la colcha,
y yo:
“mas líbranos del mal amén”
Estallan en el espejo
relámpagos extenuados,
suavemente mientras ya no me arropa
comienza a caer la lluvia.
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