miércoles, mayo 29, 2013

GAVIOTA




Volá sobre dunas

no dejés que sepan

adonde atesoras como las urracas

guijarros de agua

restos de naufragios

arcones de almas.



Cuando cada noche

muera el horizonte

y trague en silencio ese mar de perlas,

y miles de agujas de todos los pinos

aromen tu nido vestido de algas,

volá hasta mi casa,

vos que viste todo y callaste todo,

rompé tu silencio

contále a quienes me esperan,

que algunas mañanas cuando el mar descansa,

me encontrás llorando debajo del agua.



jueves, noviembre 22, 2012

MUERTE EN LA CALLE




Sólo sorpresa

en el fondo de sus ojos

incrustados como cuentas

en su rostro.



Desparramado en la acera.

Su cabeza como desprendida

descansa en el regazo

de una mujer que gime.



Humedades de sal

rosadas por la sangre, sobre ese pecho,

con un botón único

para una muerte innecesaria.

Nacimiento de una vertiente

que traza filigranas rojas sobre el asfalto.



Y el dolor

de aquella mujer implorando:

¡No podés morir!



Luces, sirenas, morbosa concurrencia

y la soledad inmóvil, turbadora,

de esa imagen abrazada a la vida que huye

por ese ojal quemante,

tatuado para siempre por una bala.



Un asesino fríamente ajeno

a aquella segunda muerte, la de la mujer,

camina suelto atravesando una ciudad

que ya lo está olvidando.



Cada vez más sangre,

cada vez menos latidos,

y los ojos agonizantes

viendo el horror

en un rostro que se le desvanece.


a.omar alonso



viernes, junio 22, 2012

LO QUIERO TODO



Quiero tu tiempo, tu niñez, tus recuerdos,

los juegos de tu infancia, tus muñecas,

lo que vieron tus ojos, tus dolores,


tus cajas de pinturas, tus rayuelas.

Quiero ese tiempo en que no te conocía,

en que crecías en pueblos sin destino.

Lo quiero todo con su sonido y con su canto,

para guardarlo junto en las maletas,


que usaremos para andar nuestro camino.





viernes, mayo 21, 2010



Bayaceto

La descubrió haciendo teatro en el sótano de un bar, con telones negros y bancos de madera en lugar de butacas, como si fuera un teatro Isabelino trasladado a los 70, un bar de los suburbios, en él descubrió a esa polaca de ojos azules de muñeca, ojos asustados sobre una cara de harina.

Los reunió Bayaceto, la obra de Jean Racine, bajo el húmedo cielo de ladrillos abovedados del teatro, allí, fuera de la obra, Bayaceto probó a la dulce Atalida sin necesidad de muertes, realidad mucho más auténtica que la bijouterie de latón y vidrios de colores que engalanaban las manos otomanas de los actores.
A golpe de alfanje y prisión de rejas Bayaceto conquistó el trono de su reino de ficción pero perdió a su polaca.

No logró encontrarla por más de una década.

Nuevamente los reunió un francés: Edouart Manet, frente a su pintura “La ninfa sorprendida” en el Museo Nacional de Bellas Artes, en un vasto salón, demasiado vacío para dos personas y la soledad de su nerviosa respiración.
Se animaron en un abrazo de diez años de distancia.

Nunca supieron o no quisieron saber quienes eran ahora, solo volvieron a ser por una noche, como en la obra de Racine: Bayaceto y Atalida en el reino Otomano.
Se despidieron sin pedirse ni darse teléfono o dirección alguna, como un tácito acuerdo de casualidades, pensando quizás que otra década pasaría pronto.

CABEZA ABAJO



CABEZA ABAJO

Nací a los cincuenta y ocho días del mes de marzo
en el año de las lluvias
después de uno bisiesto,
me gustan los caballos
tengo los ojos sin memoria de colores
y me cuesta esquivar los recuerdos

nací rodeado de bocinas y cemento
lejos del mar
por eso vuelo en sueños,
para ver en el océano
el borde espumoso de los peces
y el golpe de sol contra las rocas

nací como antes se nacía,
en casa cabeza abajo y palmeado hasta llorar
quizás por eso no he logrado
poner mis ideas al derecho
y entender las razones de la gente

pero al menos nací
y no me siento viejo.

viernes, julio 03, 2009

SOMBRAS Y ESPEJOS


I
Por esa línea inseparable
entre el día y la noche
astuta se escabulle,
nos persigue
deslizándose
como un equilibrista
su grito a cada paso
desde el fondo de los años

y allí, la sombra
cuando las escaleras comienzan su descenso
nos aventaja y abandona.

II

Confesionario de cristal y azogue
por donde pasan
todos mis rostros
en él
se diluye el presente
y en el fulgor de un segundo
se apaga el futuro.

lunes, mayo 25, 2009

RECORDANDO A EDGAR BAYLEY






EN COMÚN

Incluye un poemario escrito entre 1944 y 1949

Como consideraciones generales, Bayley, al menos en este conjunto, no utiliza ningún signo ortográfico (salvo el ineliduble signo de interrogación), ni siquiera las mayúsculas al comienzo de los poemas, sin embargo es fácil su lectura, en base al correcto corte de los versos, ya que mayormente no hace encabalgamientos ambiguos que confundan.

Son 20 poemas presentados como un conjunto, pero que sin embargo tienen según pienso dos partes marcadas.
Una primer parte que casi coincide con los poemas que no tienen título, sino números, el poeta habla de un yo y un tú, pero individuales, mantiene una diferencia entre ellos, no es un yo+tu= nosotros, como ocurre en la segunda parte.
Lo vemos en el poema 2 es todo tu: “tu evidencia,”” tus alegrias”,” tu tristeza” ,” tus puertas”,” tus palabras”,
Las pocas veces que incluye el nosotros en esta primera parte de sus poemas, inmediatamente lo desecha como ocurre en el poema 3 (alli incluye un nuestra, que equivale a un nosotros ) dice “nuestra amistad” “renacida” “suave “ “ardiente” salta enseguida a “tu mano” “tu mi amiga” “tu tiempo”

Estos poemas de la primera parte son poemas de una relación no muy resuelta, (relación no en cuanto a relato sino a sentimientos) en el poema 1 nos dice: “no hemos querido saber acariciar” “nuestra unión retenía su delirio” en poema 3 “¿a que lienzo entre gente amiga encomendar tu tierra?” una amistad renacida , suave, luego colérica en el poema 3 “nuestra amistad es diferente, como la rama y la cólera” si bien en estos poemas aparece el deseo de unión con el otro, este sigue existiendo como distinto .En el poema”para qué entonces decir te quiero” “ con el mismo fuego hemos llegado y partido”


En “Al comienzo de toda razón” dice “pero se ha hecho demasiado tarde para las hojas de tus sueños” “y todo lo que dejamos al separarnos”

En la segunda parte parece ir a una temática mas incluyente de los demás ya no de una manera de relación amorosa, el nosotros es mas universal, es el todo , es la humanidad con la que hay que convivir, y lo anuncia: ”es tiempo de cambiar el sueño” dice en el poema AQUÍ “de vivir entre todos” y después en el “Poema en homenaje” luego de una serie de manifestaciones aparentemente positivas (digo aparentes ya que nos manifiesta que a pesar de ser positivas que no son ellas las que van a cumplir el sueño, ese sueño de cambio) sino que lo conseguirán la intrepidez y el sueño de todas las ciudades de la tierra. Construyendo los deseos futuros y luchando en la misma batalla.
Es decir es como un Bayley que ha abandonado esa relación casera, terrenal y se ha convertido en un Bayley casi místico.
Luego en el poema “Los hombres y los años” aparece ese nosotros tan generalizado, en el poema ENCONTRAR ES DECIR, manifiesta “a uno y otro lado de la muralla” lo dice sin ninguna división incluyendo a todos, identificado con todos los hombres con “los ojos abiertos al amanecer” un amanecer que vislumbra como una luz que enumera: diciendo: “el sueño líquido del hombre” ”los frutos de la ternura” “las ventanas del alba” y a pesar de las heridas y fusiles que no los ignora, que sabe que existen, dice: “hablo de las cosas simples, las manos extendidas gratuitas” “el amor adolescente”
Y lo que es fundamental como terminando de asociarse a la humanidad en “LOS HOMBRES Y LOS AÑOS” (Un gran poema) nos dice: “hay que inventar al mundo” “ver la extensión abierta a nuestro impulso” “una rama de luz” como si diera un lugar de donde aferrarse.

La de Bayley es una poesía de un lenguaje accesible, entendible pero profundo.