viernes, julio 03, 2009

SOMBRAS Y ESPEJOS


I
Por esa línea inseparable
entre el día y la noche
astuta se escabulle,
nos persigue
deslizándose
como un equilibrista
su grito a cada paso
desde el fondo de los años

y allí, la sombra
cuando las escaleras comienzan su descenso
nos aventaja y abandona.

II

Confesionario de cristal y azogue
por donde pasan
todos mis rostros
en él
se diluye el presente
y en el fulgor de un segundo
se apaga el futuro.

lunes, mayo 25, 2009

RECORDANDO A EDGAR BAYLEY






EN COMÚN

Incluye un poemario escrito entre 1944 y 1949

Como consideraciones generales, Bayley, al menos en este conjunto, no utiliza ningún signo ortográfico (salvo el ineliduble signo de interrogación), ni siquiera las mayúsculas al comienzo de los poemas, sin embargo es fácil su lectura, en base al correcto corte de los versos, ya que mayormente no hace encabalgamientos ambiguos que confundan.

Son 20 poemas presentados como un conjunto, pero que sin embargo tienen según pienso dos partes marcadas.
Una primer parte que casi coincide con los poemas que no tienen título, sino números, el poeta habla de un yo y un tú, pero individuales, mantiene una diferencia entre ellos, no es un yo+tu= nosotros, como ocurre en la segunda parte.
Lo vemos en el poema 2 es todo tu: “tu evidencia,”” tus alegrias”,” tu tristeza” ,” tus puertas”,” tus palabras”,
Las pocas veces que incluye el nosotros en esta primera parte de sus poemas, inmediatamente lo desecha como ocurre en el poema 3 (alli incluye un nuestra, que equivale a un nosotros ) dice “nuestra amistad” “renacida” “suave “ “ardiente” salta enseguida a “tu mano” “tu mi amiga” “tu tiempo”

Estos poemas de la primera parte son poemas de una relación no muy resuelta, (relación no en cuanto a relato sino a sentimientos) en el poema 1 nos dice: “no hemos querido saber acariciar” “nuestra unión retenía su delirio” en poema 3 “¿a que lienzo entre gente amiga encomendar tu tierra?” una amistad renacida , suave, luego colérica en el poema 3 “nuestra amistad es diferente, como la rama y la cólera” si bien en estos poemas aparece el deseo de unión con el otro, este sigue existiendo como distinto .En el poema”para qué entonces decir te quiero” “ con el mismo fuego hemos llegado y partido”


En “Al comienzo de toda razón” dice “pero se ha hecho demasiado tarde para las hojas de tus sueños” “y todo lo que dejamos al separarnos”

En la segunda parte parece ir a una temática mas incluyente de los demás ya no de una manera de relación amorosa, el nosotros es mas universal, es el todo , es la humanidad con la que hay que convivir, y lo anuncia: ”es tiempo de cambiar el sueño” dice en el poema AQUÍ “de vivir entre todos” y después en el “Poema en homenaje” luego de una serie de manifestaciones aparentemente positivas (digo aparentes ya que nos manifiesta que a pesar de ser positivas que no son ellas las que van a cumplir el sueño, ese sueño de cambio) sino que lo conseguirán la intrepidez y el sueño de todas las ciudades de la tierra. Construyendo los deseos futuros y luchando en la misma batalla.
Es decir es como un Bayley que ha abandonado esa relación casera, terrenal y se ha convertido en un Bayley casi místico.
Luego en el poema “Los hombres y los años” aparece ese nosotros tan generalizado, en el poema ENCONTRAR ES DECIR, manifiesta “a uno y otro lado de la muralla” lo dice sin ninguna división incluyendo a todos, identificado con todos los hombres con “los ojos abiertos al amanecer” un amanecer que vislumbra como una luz que enumera: diciendo: “el sueño líquido del hombre” ”los frutos de la ternura” “las ventanas del alba” y a pesar de las heridas y fusiles que no los ignora, que sabe que existen, dice: “hablo de las cosas simples, las manos extendidas gratuitas” “el amor adolescente”
Y lo que es fundamental como terminando de asociarse a la humanidad en “LOS HOMBRES Y LOS AÑOS” (Un gran poema) nos dice: “hay que inventar al mundo” “ver la extensión abierta a nuestro impulso” “una rama de luz” como si diera un lugar de donde aferrarse.

La de Bayley es una poesía de un lenguaje accesible, entendible pero profundo.

jueves, abril 09, 2009

LAS MANCHAS DEL LEOPARDO



sobre la cubierta de madera,
las piernas recogidas,
rodillas abrazadas,
no quiere acostumbrarse
a esa muerte lenta de la costa
en la viscosa cuerda de la orilla
sus pies descalzos
pesadas botas
sumergidas

la arena
como un leopardo
moviéndose a cada golpe de ola,

una gaviota
para librarse del negro ropaje
ensaya pasos de ballet
en sus ojos ahoga
un grito de auxilio
la acaricia su mano
golpea su cara suave aleteo
el pico abierto masticando el aire
y quedan
sus ojos marinos mirando al cielo.

miércoles, marzo 11, 2009

PRESENCIAS

Hace veinte años estuve aquí
en la lentitud de este café,
en este asiento, esta mesa
mirando el festín de los gorriones
peleando por un pan,
estos, los de hoy, parecen ser aquellos,

deben ser inmortales
los gorriones

sobre el cristal empañado
juegan las gotas
curiosas carreras
el mismo camarero,
la misma lustrosa chaqueta

esto, lo de hoy, parece ser aquello
solo la silla frente a mí
llena de vacío no es la misma.

miércoles, febrero 11, 2009

AJENO

Me siento a contemplarme
sin apuro apenas en silencio,
separado yo de mí
como mirando viejas fotos.

Voy recorriendo el cuerpo
ajeno
como si de otro fuera,
no reconozco estas piernas,
tampoco los brazos,
parecen de un anciano
siento que no soy yo.
El rostro antes hermético,
se ha vuelto expresivo,
de lágrimas fáciles.

Inquietas,
sólo mis manos me pertenecen,
adentro, en mi mente,
sigo siendo un recuerdo de otro tiempo,
otro lugar,
la nostalgia me ha separado de mí.

martes, febrero 03, 2009

ESTAR



Las sombras
gotean sobre el piso de mármol,
la noche
se sienta a la mesa
y en los rincones callan
solitarios los grillos,

un silencio extraño
nutre la habitación
como si descansara el tiempo,

arropada en madera
definitivamente libre,
tu rostro, con suave maquillaje,
como un enigma,
parece llamarme,

por un rato
quisiera acompañarte
mi curiosidad reemplaza al temor

¿en que mares
estarás navegando?

RELÁMPAGOS




De a ratos sordas luces
llenan el cuarto,
se reflejan en el espejo de la cómoda
que viajó desde España
con la mesa y mi abuela.
Potes de colores vagos
dejan su marca de polvo anciano en el mármol.

Fantasmas inofensivos me llevan al pasado.

Una pelusa suave de salitre
blanquea el piso
se me pega en las rodillas
mientras rezo unos rezos chiquititos.
La abuela a mis espaldas
no ve que, sin mover la cabeza,
sigo con los ojos el vuelo de una mosca.
Dulcemente con su voz seductora
la misma conque canta con gracia
me ayuda con el Padre Nuestro,
al fin la mosca se posa en la colcha,
y yo:
“mas líbranos del mal amén”

Estallan en el espejo
relámpagos extenuados,

suavemente mientras ya no me arropa
comienza a caer la lluvia.